Y parece que a ella nunca le baja
Esta tan flaca
Tiene la carne pegada al hueso.
Parece que se deshace en la arena
En el centro del reloj
Por ese espacio donde el grano pasa.
Le entristece esa canción
Porque ella no la baila,
Porque no se la dedican.
Y su mirada perdida,
Y su vestido rosa
La mano en la cuchara.
Sentada en la mesa, deja el alma
En cada vuelta y en cada paso
Exhalándola en
cada suspiro.
Yo la recuerdo
Porque no vi la lágrima
Pero la vi llorar por dentro.
Y mi corazón ha sentido al verla
Eso que ella sintió durante todo el ritmo.
Y durante toda la boda,
Que permaneció sentada.
Ese sentimiento apagado
Que llamamos soledad resentida.
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